La misma semana que presente mi tesis, me autoregalé el libro Un mundo sin jefes. Había escuchado reseñas sobre este libro en distintos podcasts, y el tema me interesaba. Sabía que, cuando realmente tuviera tiempo, me iba a dedicar a leerlo. Era verano y estaba de vacaciones: lo leí en tres días.
Este libro me pareció excelente. Lo comparto y creo que todas las personas que trabajamos o han trabajado en relación de dependencia tendrían que leerlo
Tres tópicos que abarca este libro:
La importancia de diseñar tu vida
Identificar nuestros propios jefes internos
Búsqueda de propósito y accionar
Cuando me compré el libro, le escribí por IG a la escritora sin esperar una respuesta, y ella se tomó el tiempo de enviarme un audio. Me pidió un feedback y, después de leerlo dos veces, me siento preparada para recomendarlo y reseñarlo.
Lo primero que me pasó cuando lo leí fue darme cuenta de que no estaba tomando las decisiones correctas en mi carrera. Lo segundo fue entender que, tarde o temprano, iba a tener que empezar a diseñar mi vida para poder llegar hacia donde realmente quería ir.
Hay algo que transmite la escritora, y es su honestidad brutal. Eso la hace muy auténtica. La cercanía con la que cuenta su historia y cómo desmantela la vida corporativa —ese mundillo en el que muchas veces tenemos que demostrar el doble o mostrarnos mucho más fuertes de lo que realmente somos— refleja que no todo es color de rosa y que detrás de “vidas perfectas” hay grandes sacrificios.
Me gustó mucho que hable con estadísticas, y que ponga sobre la mesa investigaciones que las avalan. Una de las principales que plantea: el 90% de quienes dejan sus empleos lo hacen por su relación con su superior directo.
Algunas de mis citas favoritas:
“Se puede estar perdido sabiéndose en la dirección correcta cuando la idea de quienes somos, a que dedicamos nuestros tiempo y las cosas en las que creemos tienen un eje en común”
“La culpa y la costumbre son poderosos silenciadores de sueños”
“Es muy difícil elegir no ser querida por todos, es antipático y casi doloroso, pero creo que el camino del respeto, si bien mas aburrido y lento, es mas estable y al final del día, una fuente de seguridad interna”
“Si no te dan una silla en la mesa de decisión, tráete una reposera del balcón”
Este libro también me ayudó a identificar mi diálogo interno y, sobre todo, a escuchar qué decía mi jefe interno (esa voz que te dice que no sos suficiente, que no vas a poder, que todo es difícil, que las oportunidades no son para todos)
Otro de los grandes temas que toca, y que para mí es de los más importantes, es la importancia de entender que, claramente, todos nos vamos a morir. Conectar con el final de todo te permite darle espacio a aquellas cosas que realmente son trascendentales y que le dan propósito a tu día a día. Después de leer este libro, empecé a hacer una lista de todos los lugares que quería conocer, todos los libros que quería leer y todos los recitales a los que quería ir. Empecé a listar todas esas experiencias que quería vivir, y que antes ni siquiera me había preguntado.
Sobre la vida corporativa:
Pone en palabras sentimientos que hemos tenido todos: el síndrome del impostor, y cómo siempre (más siendo mujer) sentís que tenés que demostrar el doble para destacarte. También menciona esa búsqueda constante de la zanahoria, que por momentos existe, pero por otros es totalmente ficticia. Es como el hámster atrapado en su propia rueda.
Este libro, también ayuda a comprender que nuestros jefes, muchas veces, tienen a su vez otros jefes, y que ellos también pueden estar atrapados en estructuras que no les permiten dar respuestas o actuar con libertad. El libro aborda lo desafiante que resulta crecer y destacarse dentro de grandes organizaciones, donde muchas veces los esfuerzos pasan desapercibidos. El mundo laboral está en constante transformación y, nos guste o no, todos somos reemplazables. Al final del día, las empresas siguen siendo empresas que buscan maximizar ganancias, y nosotros, simples mortales intentando encontrar sentido en medio de ese sistema.
Muchas veces, los jefes que nos tocan actúan como espejos inconscientes de nosotros mismos. Reflejan aspectos internos que quizás no tenemos del todo resueltos: la falta de comunicación, la poca claridad, o el escaso liderazgo personal. Creo que cuando empezás a tomar el control de tu vida, algo cambia. Te convertís, de a poco, en tu propio líder. Y es recién entonces, cuando liderás tu propia vida, que empezás a mirar todo con otros ojos.
En mi carrera profesional, me he cruzado con jefes que, para retenerme, me han dicho cosas como “me parece que todavía no estás para un cambio”, o comentarios que sólo hablaban de la frustración de quien los decía.
La autora enfatiza y describe la claridad que debemos tener con nuestros objetivos y, sobre todo, el mindset que tenemos que empezar a construir para creer que podemos lograr aquello que nos proponemos.
"Un mundo sin jefes” es, más que nada, una invitación a repensar el diálogo que tenés con tu jefe interno. Muchas veces, nosotros mismos tenemos creencias limitantes, miedos, sesgos y suposiciones que nos alejan de oportunidades.
Te comparto una de mis frases favoritas, de una de sus últimas páginas, mientras describe un presente que alguna vez ella había soñado:
“Ya aprendí a no darlo por sentado.”
Gracias por leer hasta el final,
Hasta la próxima.
Lari
Muy interesante 😃. Lo incluimos en el diario 📰 de Substack en español?